La Navidad de 1939, otras treguas y discursos (Tercera Parte)

Acabo esta serie de posts sobre la primera Navidad de la Segunda Guerra Mundial. Os pongo dos hechos anecdóticos que hubiesen sido los despieces en su versión impresa. Por si hay algún despistado os recuerdo que tenéis la primera y la segunda parte.

El otro discurso del Rey

Todo el mundo recuerda la historia que nos contó en 2010 la película El Discurso del Rey: el monarca británico Jorge VI (Colin Firth) superando sus problemas de tartamudez con la ayuda del fonoaudiólogo Lionel Logue (Geoffrey Rush), su esfuerzo de superación culminaba cuando daba el discurso que anunciaba la declaración de guerra a Alemania.

Pero la Navidad de 1939 iba a traer otro discurso recordado de Jorge VI. El rey decidió recuperar una costumbre que había instaurado su padre, Jorge V, de dar un discurso radiofónico a todo el Imperio Británico el 25 de diciembre.

El mensaje se emitió desde la residencia de la familia real en Sandringham House. Vestido con el uniforme de almirante, el monarca hizo un llamamiento a que no desfalleciera la voluntad de lucha del pueblo. En principio fue un parlamento más corto que el de septiembre, por lo que el rey no tuvo tantas dificultades con sus problemas de habla. Con todo, las palabras del monarca quedaron en la memoria de los británicos.

El Rey Jorge VI con el mariscal Montgomery. (Fuente: Wikimedia).

En concreto, se hizo muy popular el tramo final, cuando evocó los versos del poema God Knows de Minnie Louise Haskins: Go into the darkness and put your hand into the hand of God / That shall be to you better than light and safer than a known way! (Entra en la oscuridad y dale tu mano a Dios / Será mejor que la luz y más seguro que un camino conocido).

El poema se lo había dado su hija de 13 años, la princesa Isabel. En los meses siguientes, cuando llegaron los momentos oscuros de la Batalla de Inglaterra con los duros bombardeos, los británicos recordarían aquellos versos como una fuente de inspiración para superar las adversidades.


La Segunda Guerra Mundial también tuvo su tregua de Navidad

El episodio de la tregua de Navidad con partido incluido entre soldados de ambos bandos es una de las historias más recordadas en este centenario de la Primera Guerra Mundial. Pero estos días también conmemoramos el 70 aniversario de otra tregua que se dio en los momentos finales de la Segunda Guerra Mundial entre soldados alemanes y norteamericanos.

Fue en plena batalla de las Ardenas en el bosque de Hürtgen (Bélgica), el 24 de diciembre de 1944. Dos soldados estadounidenses habían quedado aislados de su unidad ante el ataque sorpresa alemán de unos días antes. Intentaban llegar a sus filas, pero avanzaban lentamente porque uno de ellos estaba gravemente herido. Una familia local los acogió y les ofreció cenar ya que era Nochebuena.

Todo parecía marchar bien, hasta que llamaron a la puerta. Era una patrulla de cuatro soldados alemanes. Se produjo un momento tenso, hasta que la madre de la familia recordó a los militares que todos ellos podían ser sus hijos, y allí nadie iba a matarse esa noche. Acto seguido, invito a los hombres del Führer a cenar, quienes aceptaron, imbuidos por el espíritu navideño o sin ganas de matar a sangre fría.

Pese a los recelos iniciales, los soldados compartieron una velada que acabó en ambiente distendido cantando canciones típicas. Finalmente, a la mañana siguiente, los alemanes indicaron a los estadounidenses como volver a sus líneas.

Hasta aquí mi serie de tres posts sobre cómo se vivió la Navidad aquel 1939. Espero que los hayáis podido disfrutar, aunque no haya podido ser en su versión impresa como estuvo inicialmente concebido.

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