
Tras una temporada sin tocar la cuestión, vuelvo a las cómics con temática histórica. Estos días me he leído la novela gráfica Gavrilo Princip. El Hombre que cambió el siglo del danés Henrik Rehr. Llevamos dos años con un aluvión de novedades editoriales vinculadas a la Primera Guerra Mundial, que en ocasiones puede resultar abrumador, pero a esta obra merece prestarle atención.
El título es una auténtica declaración de intenciones. La novela gráfica nos acerca a la figura de Gavrilo Princip desde sus orígenes en la rural Bosnia Herzegovina hasta el Sarajevo donde atentó contra el archiduque Francisco Fernando. Las viñetas nos van enseñando cómo el joven se va radicalizando a través de una mezcla de nacionalismo panserbio y el anarquismo. Pero también vemos su relación con la joven Jelena.
Junto al recorrido de Gavrilo, vemos pasajes de la vida del archiduque a través del cual vemos la decadencia del Imperio Austrohúngaro, que sin saberlo se encamina a la desaparición. Un tercer nivel de la narración nos lleva a Serbia y al turbulento escenario balcánico tan decisivo para el estallido de la Primera Guerra Mundial. De hecho, en las primeras páginas del cómic, Rehr recoge estas palabras del canciller Bismarck:
“La Europa de hoy es un polvorín y sus líderes parecen hombres fumando en un arsenal. Una simple chispa puede provocar una explosión que acabe con todos nosotros. No puedo decirle cuándo será la explosión. Aunque sí puedo decirle dónde: en los Balcanes. Allí, algún descerebrado encenderá la mecha”.
La recreación de la planificación y preparación del atentado es uno de los principales puntos fuertes de este cómic. Las viñetas los relatan de forma muy exhaustiva cómo se gestó el magnicidio: las maniobras de los dirigentes serbios, cómo Gavrilo y sus compañeros se infiltran en Bosnia, y los vanos intentos de las autoridades austrohúngaras por desbaratar el complot.
Estas líneas narrativas están al servicio del mensaje que quiere dar Rehr. Una Europa que estaba gestando un conflicto y, como advirtió Bismarck, donde solo era necesaria una chispa para encenderlo, una chispa que iba a ser Gavrilo. [Ojo viene un mini spoiler, pasa al siguiente párrafo, si quieres]. Así lo refleja el propio protagonista del cómic en una memorable viñeta final en un diálogo con su carcelero.

Estamos ante una obra muy digna desde el punto de vista histórico. El centrarse en el lado humano de Gavrilo Princip es su punto fuerte, y se ajusta bien al formato cómic. Su dibujo es magnífico, en blanco y negro, muy adecuado para la historia que cuenta.
Sus 232 páginas son un excelente complemento a grandes libros que han sido aclamados con motivo del centenario de la Primera Guerra Mundial; como por ejemplo, me viene a la cabeza el magnífico Sonámbulos de Christopher Clark.