Ya llevamos unos días con la avalancha sobre el 25 aniversario de la Caída del Muro de Berlín. No quería dejar pasar la ocasión de esta efeméride, pero como seguro que ya habéis leído, visto y escuchado muchas cosas de los acontecimientos de la capital alemana, voy a abrir el zoom, y me fijaré en otros muros que han marcado determinados momentos de la Historia.

1. Murallas de Jericó: es una muestra de cómo las persecución de mitos a través de la arqueología nos proporcionar grandes descubrimientos para conocer mejor nuestro pasado. A principios del siglo XX, los arqueólogos alemanes Carl Watzinger y Ernest Sellin creyeron haber probado el relato bíblico de las tropas de Josué y sus trompetas, al encontrar rastros de una destrucción que creyeron que era de la misma época que la llegada de los judíos.
Pero en los años 50, Kathleen Kenyon, aplicando una metodología más moderna demostró que aquella destrucción de las murallas no podía coincidir con lo que narra el Libro de Josué, porque era muy anterior a la presunta llegada de los judíos desde Egipto. Pero demostró que se trataba de un asentamiento poblado desde tiempos del Neolítico. Para algunos, la ciudad más antigua, aunque eso no se ha podido probar al 100%.

2. La Gran Muralla China: construida en su primer tramo por el célebre primer emperador del Reino del Centro, Qin Shi Huang y completada por sus sucesores. El tramo que se puede ver hoy en día corresponde en buena parte a los trabajos de época de la dinastía Ming, el trazado se completó en la segunda mitad del siglo XV, aunque hubo importantes reformas en la siguiente centuria.
En una línea similar al muro de Adriano, el objetivo era protegerse de los invasores de las estepas. Es el muro más grande del mundo. Pero ojo, no se ve desde el espacio, ya que solo tiene 7 metros de ancho, lo que la hace imposible que se vea desde allí arriba.

3, La Gran Muralla de Gorgan: si la Gran Muralla China es la más grande del mundo, aquí tenéis la segunda. Se sitúa en la actual frontera entre Irán y Turkmenistán, y se levantó a finales del siglo V d.C. y principios del VI. Es una gran desconocida, aunque los iraníes tan orgullosos de su pasado reclaman un mayor reconocimiento. También se conoce como la Serpiente Roja, por el color de sus ladrillos.
Nuevamente, es la construcción de un imperio, en este caso el sasánida, para protegerse de las amenazas del exterior – aquí eran las tribus nómadas centroasiáticas-. Pero en este caso, también encontramos cierta leyenda, ya que se habla de que su creador fue Alejandro Magno cuando ocupó las Puertas Caspias.

4. Muro de Adriano: el símbolo por excelencia del limes romano, la frontera que les separaba de los bárbaros. Levantado en el siglo II de nuestra era, pretendía mantener a raya a los feroces pictos.
Pretendía marcar la fortaleza del Imperio como si fuera un dique de contención ante las amenazas del exterior; pero como bien señalaba un magnífico artículo de El País este verano, la construcción de este muro simboliza los miedos de Occidente a lo que hay ahí fuera.
5. Murallas de Constantinopla: continuando con las fortificaciones que sostuvieron a imperios, tenemos el paradigma de la capital bizantina. Recordó la pervivencia de la herencia romana durante la Edad Media, y aguantó los asedios de persas, árabes, Varegos, búlgaros, cruzados… Sus cinturones y fosos la convirtieron en inexpugnable durante el medievo.
Finalmente, los turcos otomanos asaltaron la ciudad en 1453 gracias al uso de la artillería, en especial el célebre gran cañón de Orbón. Un nuevo armamento que superó a las defensas. Toda una muestra de que comenzaba un nuevo tiempo.

6. Murallas de la Ciudad Antigua en Jerusalén: marcan un recinto donde se concentra los lugares santos de las tres grandes religiones monoteístas: la Mezquita de la Roca, el Muro de las Lamentaciones y la Iglesia del Santo Sepulcro. Fueron construidas en el siglo XVI por los turcos otomanos, y encarnan aquella acertada frase de Ben Gurión: “Demasiada Historia para tan poca geografía”.
Independientemente de las creencias de cada uno, es innegable que este recinto acumula una densidad de Historia como pocos lugares en el mundo pueden presumir.

7. Línea Maginot: he puesto ésta pero podría haber puesto otros tantos dispositivos de fortificaciones en la Segunda Guerra Mundial y otros conflictos que no sirvieron para su cometido y fueron superados por el enemigo: el Muro Atlántico, la Línea Sigfrido, la Línea Gótica… La autocomplaciencia no es buena consejera en asuntos militares (y en general), y un enemigo imaginativo se suele imponer.

8. Línea Bar Lev: antes del muro de Cisjornadia, el conflicto entre Israel y sus vecinos árabes estuvo marcado por está línea defensiva a lo largo del Canal de Suez. Su objetivo era ser una tumba para las tropas egipcias, pero como se vio en la Guerra de Yom Kippur (y como había advertido en su momento Ariel Sharon) no sirvió de mucho ante un asalto bien organizado.
9. Muro de Berlín: evidentemente no podía faltar el protagonista de la efeméride en este listado. Su creación marcó un punto álgido en la Guerra Fría, y materializó aquella expresión de Churchill del Telón de Acero. Poco más que añadir a lo mucho que se ha publicado, sin duda es el gran acontecimiento de los últimos 25 años en Europa.
Supuso el principio del fin del bloque comunista en Europa Oriental, y abrió un escenario geopolítico de un nuevo orden mundial que hoy en día aún estamos acabando de dibujar.

10. Muro en el Sáhara Occidental: en realidad he puesto éste, pero podría haber colocado todos aquellos que aún quedan en el mundo, y que hace unos días nos recordaba la BBC: Ceuta y Melilla, Belfast, Cisjordania… Muchos de ellos marcan escenarios delicados para la geopolítica mundial como la frontera de las dos Coreas o Cachemira, o el futuro de pueblos como el saharui. Sin duda serán fuente de trabajos para los historiadores del futuro.