Lo he leído recientemente en un artículo de Mediterráneo Antiguo de 2009, pero me ha venido a la perfección para recuperar el hilo en este blog. Se trata de los presuntos descendientes del ejército de Alejandro Magno en India y Pakistán. Se tratan de los kalash en Pakistán y de los habitantes del valle Malana en la India. Son dos comunidades de unos pocos integrantes que viven aisladas en valles; y que mantienen costumbres, idiomas y religión propias, muy diferenciadas del resto de sus países.
La historia hace volar la imaginación. Alejandro Magno dejó guarniciones de tropas macedónicas en la zona tras su campaña en el Valle del Indo. Estos hombres y sus familias habrían defendido sus costumbres a lo largo de más de 2.300 años. Durante años se han buscado los detalles que permitan establecer algún nexo de unión: uso de instrumentos folklóricos en los valles y en Grecia, leyendas que hablan de un fundador mítico que era un conquistador con rasgos que podrían recordar al Magno,….

Ambas poblaciones tienen rasgos caucásicos a simple vista. Se han realizado estudios genéticos que han indicado la ausencia de trazas genéticas claras para tildarlos de «griegos» o «macedónicos». Aunque también hay defensores de que las pruebas no son concluyentes y que podrían ser estos descendientes. Otro argumento de los detractores es la poca semejanza de su religión (una amalgama de cultos preislámicos de la región) con el panteón clásico.
Dejando la compleja ciencia (lo siento, soy de letras), los kalash inspiraron a Rudyard Kipling para escribir El hombre que pudo reinar, aunque los situó en otra región centroasiática. Hoy en día son unos 4.000. Por sus costumbres alejadas del Islam, se han convertido en blanco de los talibanes en la ingobernable región de FATA, el gobierno de Islamabad ha tenido que destinar agentes a su protección, y ellos mismos emplean milicias.

La historia recuerda a la de otro ejército perdido. Los legionarios romanos de Marco Licinio Craso que fueron capturados tras la batalla de Carrae (53 a.C.) por los partos. Un total de 10.000 prisioneros de aquella derrota fueron llevados a Bactria, una región al norte del actual Afganistán, donde los partos les encargaron la defensa de aquellas tierras contra los nómadas de la estepa. Ahí se pierde su rastro en la Historia…
Unas crónicas chinas de unos pocos años después hablan de una campaña contra nómadas en el actual Tayikistán. Las tropas de la dinastía Han se enfrentan a unos extraños bárbaros que luchaban con una formación que recordaba a las escamas de un pez -¿un testudo romano?-. Los chinos pudieron derrotarlos, pero quedaron impresionados por su eficacia, así que ofrecieron a unos 1.000 supervivientes instalarse en la región de Gansu, donde fundaron la ciudad de Liqian (este mismo término se utilizaba para designar a Occidente). ¿estos misteriosos guerreros eran los legionarios capturados en Carrae?

Homer H. Dubs, profesor de Historia de China de la Universidad de Oxford, lanzó en 1940 esta teoría, apoyándose en el aspecto caucásico de algunos pobladores de la región. Los estudios de ADN han desvelado que el 56% de los genes son de origen caucásico. Esto no implica automáticamente que sus antepasados sean romanos, podrían descender de otros pueblos de este mismo origen como los iranios que también poblaron las zonas fronterizas con el Reino del Centro. Pero a veces, es mejor olvidar los fríos datos, y soñar con las aventuras de guerreros antiguos en los confines de sus mundos.
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