Ayatolás 2.0: Irán y la censura en Internet

Estos días las Redes Sociales y blogs españoles han hecho especial hincapié en que Irán quiere crear su propio Internet para liberarse de la influencia occidental; asimismo y como consecuencia, censurarían Google y su servicio de correo Gmail. La noticia ha servido para que muchos se fijaran en la situación de la libertad de expresión de los iraníes, y en especial en el acceso a la información que circula en el ciberespacio.

La propuesta del gobierno iraní no es nueva, ya se habló el año pasado. Se trataría de crear una nueva Red “limpia de contenido ofensivo creado desde Occidente, y para defenderse de los ataques cibernéticos que tanto he analizado aquí. Pero evidentemente, tras estos movimientos “defensivos” se esconde un intento de censurar y controlar a la Web. Irán cuento con unos 28 millones de usuarios de la Red, una de las tasas más altas de todo Oriente Medio.

Conviene tener muy presente que la República Islámica está en el podio mundial del control y censura en Internet. Teherán va sólo por detrás de detrás de China y Vietnam, en lo referente a ciberactivistas arrestados. Reporteros sin Fronteras en su informe anual sobre la libertad en la Red, Internet Enemies, cataloga al país como «enemigo de Internet». En la última edición del documento, además de sus acompañantes de podio, también comparten este ignominioso privilegio con estados como Bahrein, Siria, Birmania, Cuba, Arabia Saudí, Uzbekistán o Turkmenistán. Como podéis ver paraísos democráticos…

La noticia de la creación de una Red propia puede parecer una frikada de un régimen extraño y con fama de locos. Pero esto sería hacer un análisis muy simplista. Evidentemente, con esta acción se pretende evitar el acceso de los ciudadanos iraníes a diversas fuentes de información que van contra los intereses del régimen. Como he dicho, los ayatollahs son unos alumnos aventajados en el control y han intentado controlar la Red desde su eclosión a principios de este siglo.

La oposición iraní y en especial los ciberactivistas (o netizens) encontraron en los blogs (y posteriormente Twitter y algunas Redes Sociales) unos buenos instrumentos para esquivar la censura del régimen islamista. Pero Teherán también reaccionó rápido y puso en marcha una serie de instrumentos represivos muy duros; en parte con ayuda de China. El punto culminante de esta política coercitiva fue la creación de un cuerpo de Ciberpolicia en 2011 -un brazo más de la todopoderosa Guardia Revolucionaría-. Se trata de la consecuencia lógica de las medidas puestas en marcha previamente y que quedaron patentes en las revueltas de 2009 que cuestionaban el resultado de las elecciones presidenciales.

Según RSF, los iraníes son expertos en controlar el ancho de banda en momentos críticos o donde puede producirse un estallido social. Un ejemplo reciente han sido las elecciones legislativas del pasado marzo. Este sistema se ha copiado en lugares con una conflictividad similar como Bielorrusia. 

Desde el régimen se llegó a bloquear Twitter, sí fue en aquella revuelta donde comenzó a hablarse del uso de esta red de microblogging para organizar rebeliones; dos años antes de la Primavera Árabe. También Ahmadineyad y sus seguidores fueron los primeros en intentar controlar su acceso, como luego harían Mubarak y sucedáneos. Además, Irán estaría ayudando a Siria en la persecución de ciberactivistas (como parte de su colaboración para acabar con la rebelión contra Al Assad).

De igual manera, el régimen ostenta el triste record de ser el primer país en condenar a muerte a dos netizens en 2010 (ambos han sufrido largos procesos y sus condenas se han ratificado este año). Fue el irano-canadiense Saeed Malekpour y Vahid Asghari. El primero diseñó un sistema para subir fotos a Internet, el régimen le acusó de difundir imágenes pornográficas, y de cometer un delito de insultos al Islam; también le acusaron de agitador contra el gobierno por gestionar portales de noticias críticos con Teherán. Asghari es un blogger al que se le acusa de blasmefia, corrupción de la juventud por difundir pornografía y de colaborar con Israel y Estados Unidos. Ahmadreza Hashempour (administrador de una web de información) y el humorista Mehdi Alizadeh han completado el siniestro ranking de las cuatro sentencias a muerte de ciberactivistas. 

Volviendo a los sistemas de control y filtrado, además de la ayuda tecnológica de China, RSF indica en su informe que los iraníes han conseguido tecnología israelí a través de una compañía danesa, que revendía el equipamiento de vigilancia a la República Islámica. Por último, recomendación cinematográfica relacionada con este post: The Green Wave, una película sobre las revueltas de 2009. 

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