Más allá de Rajoy, sus ministros y los presupuestos de la Generalitatel notición de la semana ha sido la muerte de Kim Jong Il y el consiguiente proceso sucesorio en Corea del Norte. Como voy un poco corto de tiempo esta semana os voy a remitir a textos propios y ajenos en otros lugares que seguro os ilustran. Algunos de mis más incondicionales (¿Los hay?) ya los habréis leído, pero creo que no estaría de más repasarlos.
En primer lugar y lo más novedoso es mi post en The Urban Times sobre el papel que pueden tener Rusia y China en el futuro del régimen de Kim Jong-un. Apuesto por la estabilidad, ya que ni al Kremlin ni a Beijing les interesa una guerra en la región. Sigo un poco la línea de lo expresado en otro post en UT, War in Korea a risk too far, y el que publiqué aquí Disparos sobre el Paralelo 38.
Kim Jong-un es la cabeza de un aparato de poder complejo. Aquí me remito al artículo en Global Affairs –Enigmática Sucesión en Corea del Norte– y –North Korea’s Game of Thrones-. Para los que teman una guerra contra el vecino del Sur: Las dos Coreas ¿guerra o diálogo?.
Dejando de lado mi arte narrativo, Foreign Affairs ha publicado Pyongyang’s Options after Kim Jong Il. Para los amantes de las excentricidades del fallecido Amado Líder recomiendo las siempre interesantes listas de Foreign Policy. Quien quiera ir más allá de mi artículo sobre las consecuencias regionales recomiendo el texto de la BBC sobre las posiciones de los vecinos.
En definitiva, los agoreros lo tienen complicado. Corea no será esa guerra que se provoque para salir de la crisis. Personalmente, creo que hay otros escenarios en Asia donde la tensión puede dispararse, por ejemplo y como ya he comentado alguna vez en las disputadas islas del Mar de China.
Por si queréis libros tenemos Querido Líder (Turner, 2009) de Barbara Demick y El País del Presidente Eterno (Milenio, 2006) de Roger Mateos.
Y próximamente habrá más…