Esta semana voy a continuar con los tambores de guerra en el Golfo Pérsico. Me gustaría empezar una serie de posts sobre el hipotético ataque contra Irán por su programa nuclear. En esta primera ocasión me voy a poner en la piel del Alto Mando dela Fuerzas de Defensa Israelíes. Los objetivos son claros, hay que dejar inoperativas las instalaciones nucleares del enemigo, tampoco hay que descartar un ataque contra su capacidad ofensiva para evitar una posible represalia. Tampoco hay que olvidar preparar la defensa para una represalia «asimétrica».
A primera vista, la Fuerza Aérea Israelí tiene todo de cara, está bien equipada, sus pilotos están entre los mejores del mundo (y nadie les hace sombra en Oriente Medio), y tienen experiencia en ataques aéreos preventivos -recordad el inicio dela Guerra de los Seis Días y los ataques contra los reactores nucleares en Irak y Siria-. Por su parte, lrán no tiene unas fuerzas de defensa aérea lo suficientemente modernas como para plantar cara con garantías. Pero no hay que olvidar que los militares hebreos también tienen una serie de retos ante el escenario de conflicto en Irán.
En primer lugar, para decapitar el programa nuclear iraní hará falta algo más que un único golpe qirúrjico como en Osiraq o la Operación Orchard en Siria en 2007. Los iraníes tienen más instalaciones, repartidas por diferentes puntos del país, algunas de ellas secretas (ahí Tel Aviv tendría que confiar en el buen hacer del Mossad). Esto implicaría que tendría que hacerse una campaña de bombardeos prolongada en el tiempo, es casi imposible llevarla a cabo con sólo un ataque.
Esta hipotética acción prolongada en el tiempo nos lleva al segundo punto. Qué país de la región apoyaría la acción militar israelí? Arabia Saudí? Turquía? Jordania e Irak? Si fuera un ataque de un sólo raid estos países podrían alegar que Israel ha violado su espacio aéreo y no han podido detectarlos a tiempo, o cualquier cosa. Pero pongamos que es necesaria una semana de bombardeos para completar los objetivos, esta explicación ya no colaría.
Quién ayudaría? Hace un tiempo el candidato idóneo habría sido Turquía por su tradicional alianza con el estado hebreo. Pero la relación ha ido de mal en peor desde el ataque a la flotilla humanitaria de Gaza. Si yo tuviera que apostar, la clave sería preguntarse ¿Quién de estos países teme más a un Irán nuclear? La respuesta sería Arabia Saudita, su gran rival por la hegemonía en el Golfo Pérsico. Ya hablé de Guerra Fría Islámica en el post anterior.
Otro factor a tener en cuenta por Israel sería intentar protegerse contra una respuesta «asimétrica». Básicamente sería contrarrestar acciones terroristas de Hamas y Hezbollah, aunque especialmente estos últimos fueron un quebradero de cabeza en la guerra de 2006. Asimismo, no hay que descartar las propias operaciones no convencionales de los israelíes, conviene recordar el ataque con el virus informático Stuxnet.
Tampoco habría que descuidar la batalla de la opinión pública. La internacional sólo apoyaría la acción ante pruebas muy claras del desarrollo de armamento nuclear iraní. La interna a priori está ganada -la facilidad con la que los dirigentes de Teherán hablan de borrar a Israel del mapa ayuda-, pero podría torcerse en caso de bajas entre las fuerzas israelíes, en especial si por ejemplo, los iraníes consiguen capturar a un piloto abatido o a soldados de fuerzas especiales.
Un comentario en “Conflicto Israel-Irán: las opciones militares de Tel Aviv”