Guerra en la quinta dimensión

Desde la noche de los tiempos la Humanidad ha tenido la manía de guerrear por mar y tierra. El siglo XX extendió las hostilidades al cielo, e incluso el espacio tiene sus usos militares.

Ahora los analistas militares han empezado a hablar de la quinta dimensión para los conflictos bélicos: Internet. El siglo XXI ha traído el concepto de ciberguerra. Me refiero a penetrar en las redes de ordenadores del enemigo para causar el mayor daño posible, como el bloqueo de comunicaciones, daño de infraestructuras claves o provocar el caos financiero.

Puede parecer algo propio de la ciencia ficción o de películas ochenteras como Juegos de Guerra o Terminator, pero las grandes potencias se lo están tomando cada vez más en serio, y ya se han producido los primeros ataques.

Lo curioso de esta manera de hacer guerra y que la diferencia de las demás es que se puede causar un enorme daño sin disparar un solo tiro o lanzar una bomba. De momento, no sustituirá a las formas más tradicionales de combatir, pero es un complemento letal para lanzar un ataque sobre un país.

Básicamente, se trata de que los hackers se infiltren en una red de ordenadores y logren su control a través de virus informáticos, gusanos, ordenadores zombies, etc. Como os decía, el daño provocado puede ser muy grave: desbaratar el sistema de defensa aérea de un país enemigo, borrar datos financieros claves con el caos resultante, o incluso tomar el control de una central nuclear. Aquí os dejo un infográfico del diario Público que explica cómo funcionan algunos de estos ataques:

Por si aún seguís incrédulos, vamos a ver una serie de ejemplos que ya hemos tenido de ciberguerra. Los más reciente han sido la introducción de un virus en los ordenadores que controlan el programa nuclear iraní -al parecer, incluso podría haber provocado una explosión-; o la saturación de los servidores de diversas agencias gubernamentales de EEUU el 4 de julio (se responsabilizó a Corea del Norte). Otras acciones destacadas de este tipo fueron los ataques contra Estonia (por una disputa con Rusia por retirar una estatua que homenajeaba a soldados soviéticos de la Segunda Guerra Mundial) y Georgia; el segundo en el marco de la guerra de agosto de 2008 y dificultó que los georgianos emitieran sus informaciones sobre el ataque ruso.

Otra de las claves de la ciberguerra es que cuesta mucho detectar la procedencia de un ataque. Los hackers pueden camuflar sus ataques de diversas maneras y así esconder el lugar de origen. En los casos citados anteriormente, en Irán los ordenadores no estaban conectados a la red así que tuvo que introducirlo alguien con un USB y unas referencias bíblicas en el código del virus hacen sospechar de Israel; y en los de Estonia y Georgia se ha culpado a Rusia. EEUU también ha responsabilizado a China de algunos ataques que han sufrido servidores norteamericanos de la Administración y del sector privado.

Todos los acusados han negado su responsabilidad. Sí que el rastreo de los ataques ha apuntado a China, o a Rusia, por ejemplo. Pero como he dicho los hackers pueden enmascarar la procedencia geográfica y no sirve como prueba de un ataque. Asimismo, se trata de un tipo de guerra relativamente barato por lo que también lo pueden protagonizar organizaciones mafiosas, grupos terroristas, o nacionalistas exaltados sin control de su gobierno (en teoría).

De igual manera, se trata de un terreno nuevo para la guerra donde todo el mundo parte de cero. Aquí la superioridad militar convencional de EEUU no se ve por ningún lugar. El Pentágono ha reconocido que le faltan muchos especialistas para formar una defensa adecuada, e incluso hay quien reconoce que China está por delante.

Por si aún queda algún incrédulo, los países han comenzado a demostrar su interés por protegerse de estos ataques. Ha sido uno de los ejes de la reunión de la OTAN este fin de semana; y la Alianza Atlántica ya ayudó a Estonia a defenderse de los ataques organizando un centro especializado en ciberguerra en Tallin. EEUU organizó en mayo un centro de mando para responder a estas amenazas, USCYBERCOM, que complementa a las zonas regionales que dirigen su presencia militar en el planeta.

9 comentarios en “Guerra en la quinta dimensión

  1. Vivimos en un habitat dominado por los ordenadores en todo lo que nos rodea y cada vez hay más cosas que dependen de la informática, por tanto es factible pensar que se haya convertido en el nuevo terreno bélico de este siglo. Felicidades por el artículo maestro.

  2. Se’m posen els pèls de punta només de pensar el caos que es pot causar des d’un ordinador. De la mateixa manera que és demolidor el què els rumors malintencionats aconsegueixen en les finances empresarials o dels països, les accions especulatives sobre matèries primes que porten la fam a poblacions desfavorides… Humans, quina poca humanitat!

  3. Com bé apuntes Musaranya, l’especulació ha arribat als aliments i s’aplica aìxò dels «mercats de futurs» que ja van veure com disparaven el preu del petroli. I que preguntin al FMI les desgràcies que ha provocat a l’agricultura de països tan pobres com Haiti o Malaui; obligant als governs a treure l’ajuda als agricultors locals per afavorir el negoci de les grans multinacionals.

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