Esta semana el contingente español en Afganistán ha vuelto a sufrir bajas por un ataque taliban, y no tardaron en aparecer voces cuestionándose la presencia en el país centroasiático. También por lo que he podido hablar con la gente, al ciudadano medio le cuesta entender qué hacen los soldados allí.
La población española ha tenido una tradición de rechazo a las intervenciones en el exterior -y no me extraña si miramos algunos ejemplos como Cuba o Marruecos-, pero lo de Afganistán parece que se extiende a todos los países europeos con tropas allí. Todos desean salir pero no saben ni cómo ni cuándo hacerlo.
La pieza clave de todo el entuerto parece que sea la formación del ejército y la policía afganos para que puedan hacer frente ellos solos a los talibanes. Una tarea muy larga y difícil. Hace dos semanas el Ejército de Afganistán lanzó su primera ofensiva en solitario contra un reducto taliban, murieron decenas de soldados y tuvieron que terminar por pedir apoyo a las fuerzas de la OTAN. La fecha deseada sería 2012, un año antes ya se comenzarían a retirar los contingentes internacionales, tal y cómo ha manifestado Barack Obama.
El problema es que algunas voces cualificadas no dan por buena esta fecha. Un informe de una agencia del gobierno de EEUU destinada a la reconstrucción afgana cuestionaba seriamente la capacidad de las fuerzas de seguridad del país, y la propia población las percibía como corruptas e ineficaces. De igual manera, el general David Petraeus, máximo responsable de las tropas de EEUU en el país, ha cuestionado seriamente la fecha de 2011. Tengamos en cuenta que es toda una autoridad, ya que fue el responsable de encarillar el caos iraquí.
Es fácil ver algún fantasma del pasado con este panorama. Recordemos la retirada soviética en 1989, y como dejaron detrás a un régimen comunista afgano con su ejército. Tres años después las guerrillas de muyahidines derrotaron a ese gobierno.
El principal problema con Afganistán es que ahora las cosas se quieren hacer tarde y mal. Este otoño se cumplirá el noveno aniversario de la caída del régimen taliban, pero los progresos desde entonces han sido nulos, parecía que los esfuerzos y la atención tenían que ir destinados a Irak; mientras que en ese tiempo los fundamentalistas se han rearmado y reorganizado. Las políticas de reconstrucción han fallado y no han mejorado sustancialmente la vida de los afganos que cada vez ven con peores ojos a las tropas extranjeras. Mientras que los gobiernos occidentales ven con temor que la cifra de sus soldados caídos va en aumento -unos 465 muertos en lo que va de año-, y ya no saben como justificar la guerra afgana. Ahora han venido las prisas y el riesgo de hacerlo mal es muy grande.
La OTAN, que ha excluido a otras potencias del proceso de construcción nacional afgano, se juega su credibilidad y cambian mucho las cosas o la va a perder. Una derrota que podría erosionar el papel internacional de EEUU y Europa frente a otras potencias emergentes.
Felicidades por el nuevo blog Ivan, está dpm, eres un crack!! MUA!!
Como diría Conan,a Crom (sustituya aqui por Mr dólar) no le importa porque luchamos o porque morimos,sino cuanta pasta nos llevaremos…la segunda parte no era bien bien así pero se ajusta más a la realidad
Bienvendios Carmen y Kiri! Por supuesto que en Afganistán también se lucha por dinero, ahí están los proyectos para oleoductos que crucen el país provenientes de Asia Central, o los importantes yacimientos de litio y oro…
Llegint el teu post m’he recordat del pessimista article d’en Xavier Batalla de fa uns dies, El tiempo es talibán. Aquí el teniu.
http://www.lavanguardia.es/internacional/noticias/20100829/53991091577/el-tiempo-es-taliban-afganistan-estado-argelia-vietnam-washington-al-qaeda.html
Gran Musaranya. Se m’havia escapat l’article del meu estimat Batalla. Per una vegada té tota la raó. Els talibans han demostrat que tenen tota la paciència del món, han esperat anys per reorganitzar-se i ocupar posicions de força, i ara saben que a cada cop que donin contra les forces internacionals tindran més a prop la seva retirada.
També interessant assenyalar que les forces contrainsurgents sempre han perdut des de la meitat del segle XX, l’únic triomf que recordo és dels britànics a Malàisia i perquè la guerrilla comunista no va saber aconseguir el suport popular.