Leía esta semana que el Reloj del Apocalipsis (Doomsday Clock) se mantenía a tres minutos para la media noche, se situó a ese nivel en 2015. Aún no llegamos al límite de la canción de Iron Maiden, es el momento más cercano a la destrucción del planeta que vivimos desde el final de la Guerra Fría.
Para quien piense que estoy divagando con esta historia del Reloj del Apocalipsis me refiero al sistema ideado por el Comité del Boletín de Científicos Atómicos de la Universidad de Chicago como un indicador metafórico de lo cerca, o lejos, que la Humanidad se encontraba de la destrucción definitiva, estableciendo la medianoche como el momento fatídico.

Se creó en 1947. Recordad que eran los años en los que la Guerra Fría daba sus primeros pasos y empezaban a nacer nuevos miedos, en especial el temor a una guerra atómica que devastara todo el planeta. En 2007 se añadió un factor a tener en cuenta: el cambio climático. En los ajustes que se han producido en estos casi setenta años hay los siguientes momentos destacados:
1947: el nacimiento. Nada más crearse, el Reloj del Apocalipsis se situó a siete minutos para la medianoche. Recordad que en esos momentos, solamente Estados Unidos disponía de armamento nuclear.

1949: la URSS consigue la bomba. Cuando los soviéticos hicieron su primera prueba nuclear el Relo se situó como ahora a tres minutos para la medianoche.
1952-1953: el Apocalipsis nunca estuvo tan cerca. El reloj se sitúa a dos minutos (suena Iron Maiden). Con tan solo nueve meses de diferencia, Estados Unidos y la Unión Soviética probaron por primera vez armamento termonuclear. Los norteamericanos detonaron la bomba Ivy Mike y los soviéticos la RDS-6s.

1960: los primeros frutos de la disuasión. El reloj se aleja del Apocalipsis y se sitúa a los siete minutos originales. Aumenta la concienciación sobre los peligros de la guerra nuclear, en especial los riesgos de una represalia del adversario. Por cierto, la Crisis de los Mísiles del 62 no se reflejó porque su clímax y su resolución pasó antes de que se produjera el ajuste del Doomsday Clock.
1963-1980: fluctuaciones del escenario internacional. El Reloj va acercándose y alejándose, entre los 12 y los siete minutos. El momento más dramático es a finales de los 60 con guerras regionales como Vietnam o la de India y Pakistán, o Francia y China sumándose al club nuclear. Pero también hay momentos para rebajar la tensión como la firma del primer acuerdo SALT (limitación de armamento estratégico) y del Tratado de No-Proliferación.

1981: la guerra en Afganistán y la llegada de Reagan. El Reloj se acerca a los cuatro minutos. Los 80 que tanto nos molan ahora también reavivaron la Guerra Fría. Los soviéticos seguían con la intervención en tierras afganas que comenzaron a finales del 79, y Reagan asumió la presidencia propiciando el rearme ideológico y material de Estados Unidos.
1984: el momento crítico. El Reloj marcó tres minutos para el Juicio Final. Seguimos con la guerra en Afganistán y Reagan sube la apuesta con el despliegue de misiles Pershing y de crucero en Europa. La URSS llegó a boicotear los Juegos Olímpicos de Los Ángeles (recordad que EEUU había boicoteado a su vez la cita en Moscú en el 80).

1991: acaba la Guerra Fría. El Reloj alcanza el nivel más cercano del Apocalipsis, a 17 minutos. Tras las Perestroika y la firma de varios tratados de desarme, se fue relajando la tensión de la primera mitad de los 80.
2007: nuevos miembros (no deseados) en el club nuclear y una nueva amenaza. Tras unos años con un holgado margen para el final, el Reloj se sitúa a cinco minutos. Fue consecuencia del primer test atómico de Corea de Norte. El programa nuclear iraní también se sitúa como un tema candente de la agenda internacional. El cambio climático se suma a la ecuación del Apocalipsis.
2015: vuelve la Guerra Fría. El Reloj avanza hasta los comentados tres minutos. Las intenciones de Estados Unidos y Rusia de modernizar sus arsenales nucleares, y el pesimismo sobre un acuerdo global para el cambio climático nos han llevado a la cercanía del Final de los Tiempos.