Cuatro hipótesis sobre quién está enterrado en la tumba Anfípolis

Desde finales de agosto estoy siguiendo los trabajos arqueológicos en la tumba de Anfípolis en Grecia. Todo apunta a que es de época de Alejandro Magno (siglo IV a.C.) y que allí estaría enterrado alguien de la realeza de Macedonia. Con este punto de partida, las especulaciones sobre la entidad del muerto se dispararon, y casi no pasa una semana donde se apunta una nueva teoría, apoyándose en especulaciones o datos que se conocen.

En los años 50 hubo trabajos en los otros yacimientos de la zona. En la colina donde está hubo trabajos desde 1964 donde hubo unos primeros trabajos arqueológicos dirigidos por Dimitris Lazaradis, quien tuvo que suspenderlos por la falta de recursos, primero, y luego porque fue perseguido por la dictadura. En 2012 se localizó nuestra tumba, y desde agosto de este año comenzaron los trabajos dirigidos por Katerina Peristeri.

El espectacular mosaico del rapto de Perséfone encontrado en la segunda cámara. (Fuente: Wikimedia).

Greek Reporter llegó a lista a 13 posibles candidatos a ser el morador eterno de la tumba de Anfípolis. Incluso los más atrevidos han llegado a decir que se trataba de Alejandro Magno… Por mi parte os voy a adelantar algunas de las hipótesis que tienen más probabilidades de ser reales.

Hefestión: es la apuesta de Theodore Mavrogiannis, profesor de la Universidad de Chipre, y que ha trabajado sobre la tumba desde hace unos años. Considera que Alejandro Magno ordenó su construcción para enterrar a su hombre de confianza (y para muchos, amante) fallecido en el 324 a.C. por lo que cuadraría con las dataciones con las que se trabaja.

Representación en 3D de los hallazgos de la tumba. (Fuente: Wikimedia).

El problema es que las fuentes de la época nos hablan del funeral de Hefestión, y no hay referencias a Anfípolis. Arriano menciona que su cadáver fue incinerado en una pira, por orden de Alejandro en una especie de evocación del funeral que Aquiles brindó a Patroclo. Además, según autores como Robin Lane Fox, el Magno decidió honrarlo con la construcción del León de Hamadán (entonces denominadas Ecbatana), y sus restos no habrían sido llevados de vuelta a Grecia.

Nearco: el navarca de Alejandro, y célebre por su expedición marítima por el Índico y el Golfo Pérsico. Aunque nacido en Creta, este personaje creció en Anfípolis, por lo que sería posible que eligiera este lugar para su descanso eterno. Nicholas J. Sanders, arqueólogo británico y autor del libro Alejandro Magno: El destino final de un héroe (Planeta, 2007), ha dado visos de credibilidad a esta teoría, tal y como dice en esta entrevista en Mediterráneo Antiguo.

Asimismo, Saunders apunta en este texto que es prácticamente imposible que en Anfípolis haya un miembro masculino de la familia real Argeada de Macedonia, ya que la tradición era enterrarlos en Vergina. Esto descartaría que quien descansa en nuestra tumba fuera Alejandro IV, el hijo del Magno asesinado junto a su madre Roxana por orden del regente Casandro cuando tenía 12 años. Aunque también hay quien dice que al ser víctima de esta intriga, eso habría propiciado que no fueran enterrados en el lugar reservado para los monarcas macedonios.

Roxana: siguiendo con la familia de Alejandro, su esposa Roxana podría ser otra candidata. De hecho, y siguiendo con la explicación anterior, podrían estar enterrados los dos como indica este artículo de Greek Reporter. Como os decía antes, los asesinos de Casandro ejecutaron a madre e hijo en Anfípolis, por lo que podría aprovecharse enterrarlos allí mismo para solucionar rápido la papeleta.

Pero tanto en el caso de Roxana como Alejandro IV, hay que preguntarse si Casandro habría autorizado un entierro en un lugar tan imponente como el que se está excavando en Anfípolis.

Representación de las cariátides en la tumba de Anfípolis. (Fuente: Wikimedia).

Olimpia: llegamos a mi hipótesis favorita. La madre de Alejandro Magno gana enteros en mucha de las apuestas. Una de las claves sería confirmar que las dos impresionantes cariátides que custodian la entrada a la cámara principal serían Klodones, sacerdotisas de cultos dionisíacos. Según nos cuentan las crónicas como Plutarco, Olimpia era seguidora de este Dios y le gustaba participar en sus ritos.

Andrew Chugg, autor de The Quest for Alexander Tomb ha defendido esta teoría. Aunque también ha tenido sus detractores que cuestionan que las cariátides sean sacerdotisas de Dionisios, ya que solían ser mujeres mayores, y no jóvenes como nos muestran estas dos estatuas.

Como os decía, esta es mi opción favorita. A falta de poder dar con la propia tumba de Alejandro Magno, nos merecemos un personaje de la talla de su madre. Además, tendría cierta ironía. Hace poco se ha confirmado la identidad de los restos de Filipo de Macedonia (encontrados en 1977), así que sería como si mujer quisiera romper el olvido de la Historia para seguir pugnando con él más allá de la muerte.

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