¡Usuthu! Recordando los 50 años del estreno de Zulú, ¿Rorke’s Drift fue tan heroico?

Leía hace unos días en The Independent que esta  semana se cumple el 50 aniversario del estreno de Zulú. Es una de esas películas que vale la pena echar una tarde, con ese aire de antaño de aventuras coloniales. Ya sé que se trata de un género que en ocasiones peca de clichés: los blancos suelen ser muy heroicos frente a unos salvajes que les quieren destruir. Pero algunas me entretienen (55 días en Pekín, Jartum,…), y ya tengo los libros de Historia para sacar las conclusiones más acertadas.

Escena de Zulú (Fuente: IMDB)

Para situarnos un poco y por si tenemos a algún despistado, la película recoge los hechos de Rorke’s Drift. El asedio a una posición británica defendida por 140 militares de Su Majestad frente a 3.000 guerreros zulúes durante 12 horas.

Con todo y como apunta el artículo, la Zulú no tiene ese aire de exaltación del colonialismo. Recuerda que la película nos presenta a los soldados como desubicados, y sin ganas de estar allí ante la tormenta que se les avecinaba. El personaje que interpreta Michael Caine (el film le lanzó a la fama) reconoce que al final lo que se ha producido allí ha sido una carnicería, más que un acto de heroísmo.

Cartel original de la película (Fuente: Wikimedia)

Es verdad que la película solo ofrece la visión británica, y no hay personajes zulúes con un gran rol. Quizá y tal y como apuntan en The Independent hoy en día se resolvería de otra manera, dando cabida al punto de vista de los guerreros africanos. Con todo, aquí no son presentados como una turba sangrienta, sino como lo que eran: un pueblo guerrero que empleaba tácticas en la batalla, más allá de la carga a lo loco.

Evidentemente, la escena final es totalmente inventada: los guerreros zulúes saludando a los bravos defensores británicos. Pero también me gustaría aprovechar la efeméride de Zulú para plantear aquí, ¿realmente fue tan heroico Rorke’s Drift?

Desde luego está en todos los rankings de defensas heroicas. Los ingleses son maestros en vender sus victorias militares, y recuerdan que es la acción donde un único regimiento ganó más Cruces Victoria en un solo día: 11. Hacía falta exaltar ese éxito después de la debacle en Isandlwana (allí los mandos británicos menospreciaron a los zulúes, éstos cayeron sobre el campamento del ejército y masacraron a 1.300 personas).

Escena de Zulú (Fuente: IMDB)

Pero repasando el capítulo de Victor Davis Hanson en su libro Matanza y cultura (Turner, 2004) defiende que este es un caso donde se deja patente la superioridad militar de fuerzas occidentales. Es decir, los británicos hicieron lo que tenían que hacer en Rorke’s Drift, después del fiasco de Isandlwana.

Para el historiador británico, la (presunta) épica defensa es un ejemplo más de lo que una pequeña fuerza de soldados bien entrenada podía provocar enormes bajas a los enemigos, si conseguía mantener una cadencia de fuego ordenada y sostenida. Nuevamente, volvemos a la cuestión del marketing histórico. Los súbditos de Su Majestad han vendido bien su acción pero hay otros ejemplos. Por ejemplo, la batalla del Río Sangriento, también en Sudáfrica pero en 1838. Unos 400 boers y 200 sirvientes hicieron frente en su campamento fortificado a una fuerza zulú que sobrepasaba los 10.000 hombres, y les causaron grandes bajas.

Alphonse de Neuville – The defence of Rorke’s Drift 1879 (Fuente Wikimedia)

De hecho para contener a un ataque zulú no hacía falta ni estar bien fortificado. Por ejemplo, la batalla de Ulundi, el punto culminante de la Guerra Anglo-Zulú en 1879, los 4.200 británicos y sus aliados formaron un perfecto cuadro en campo abierto apoyados por los cañones y las ametralladoras Gatling, y provocaron una gran mortandad entre el enemigo. Nuevamente, disciplina, entrenamiento y armamento superior.

Los zulúes eran buenos guerreros y tenían tácticas elaboradas, pero no estaban preparados para hacer frente a la potencia de fuego de un ejército europeo. Los defensores de Rorke’s Drift tuvieron valor, sin duda. Pero lo heroico para mí es salirse realmente de la norma, algo muy excepcional, y allí no se dio. Tras el fiasco de Isandlwana, y con Rusia amenazando en Afganistán y los dominios otomanos, el Imperio Británico estaba necesitado de buenas noticias que levantaran el ardor guerrero. Eso sí, la película me sigue encantando. ¿Qué pensáis vosotros? Me gustaría abrir debate. 

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