Aunque aquí ya he publicado abundante material sobre el desembarco de Normandía a raíz del viaje que hice en otoño de 2011 con Héctor, la efeméride de hoy se merece un nuevo post. Dejaré de un lado mis recomendaciones como guía y me centraré en resaltar algunos aspectos que considero importantes con esta efeméride.
El recuerdo de una guerra que había que ganar: seguramente la Segunda Guerra Mundial es de los últimos conflictos que recordamos donde podemos ver claramente entre buenos y malos. Precisamente hoy leía este artículo donde un veterano estadounidense del Desembarco se mostraba muy crítico con los conflictos de Afganistán e Irak .
Más allá del simbolismo conviene coger nueva perspectiva: Max Hastings lo apuntaba esta semana en The Times, y también leía hoy una entrevista a Antony Beevor en El País que no hay una batalla decisiva de la Segunda Guerra Mundial, aunque la importancia de Normandía hay que valorarla más de cara a la postguerra, imaginemos que la Operación Overlord hubiese fracasado, y los soviéticos hubiesen tenido campo libre para avanzar.
Por cierto, y retomando a Hastings, también defiende el peso que tuvo en la derrota de la Alemania nazi el Ejército Rojo en acciones como la Operación Bagration, donde la Wehrmacht verdaderamente se desangró.
El testimonio de los supervivientes: este aniversario seguramente será el último que nos permita disfrutar del testimonio directo de los que estuvieron allí. Y ojo, pese a que antes llamaba a cierta revisión, no podemos olvidar que en esas playas de aquel 6 de junio de 1944 se comenzó la liberación en serio de Europa Occidental (el frente italiano estaba más encallado). Si visitas Normandía se respira un aire diferente, en el cementerio norteamericano es inevitable aflojar cualquier sentimiento contrario que tengas contra el Tío Sam. Tampoco conviene perderse los testimonios de otros momentos míticos como la toma del Puente Pegasus o Pointe du Hoc.
Bien os dejó ya, como ha dicho Obama: “Nuestro grito por la libertad está escrito con sangre en estas playas”. Ahora que estamos de recordatorios de guerras mundiales, esperemos no tener que volver a jugárnosla en ninguna playa, y si así fuera solo espero que los líderes estuviera a la altura de Roosevelt, Churchill, De Gaulle o Eisenhower, (aunque eso sea más difícil). En fin, aprovechar para acabar de conmemorar esta efeméride con un buen libro (Beevor o Hastings son un buen comienzo), o con alguna joya audiovisual con Hermanos de Sangre, Salvar al Soldado Ryan El Día Más Largo.
Tras las huellas de Heródoto 
Me ha encantado este post. Y las fotos son impresionantes, la verdad es que si no hubiera estado allí contigo creeria que las ha sacado de algun foro de historia militar. Me quedo con dos comentarios:
– no estoy de acuerdo con que en la WWII no hubiera una batalla decisiva. Para mi, habiendo tantos frentes sí que hubieron diversas batallas que cambiaron el rumbo de la guerra y, en mi opinión, Stalingrado, fue el punto de inflexión de la WWII: permitió a los soviéticos frenar el avance alemán y comenzar a tomar la iniciativa, lo que desgastó mucho al ejército invasor y el frente occidental pudo abrirse para los aliados.
– buen apunte el hecho de que este aniversario sea donde podamos oir la voz de los protagonistas, la edad corre igual para todos. Hay que aprovechar su experiencia y su conocimiento.
Tú mismo lo has dicho, hubo muchas batallas en diversos frentes 🙂 En la línea de lo que dice Beevor. Stalingrado tuvo especialmente un impacto moral incuestionable, sobre el terreno posteriormente aún hubo avances alemanes como Kharkov.